jueves, 3 de abril de 2008

¿La ultraderecha?

Opinión
C A M P E C H E
lunes 31 de marzo de 2008
Causa ciudadana
Javier A. PEÑA GAMBOA
¿Usted cree que los partidos tradicionales han cumplido con sus tareas?, a mi juicio la más importante, que es la seguridad del ciudadano, está incierta. Y no hablo de la seguridad ante el delito, hablo de la seguridad ante el futuro. ¿No cree que por su corrupción se haya frenado el desarrollo de la educación, de la salud, etc? ¿Por qué continuamos con la pobreza extrema de más de 40 millones de mexicanos? ¿No se siente muchas veces desprotegido ante el futuro que nos espera con estos partidos? ¿Alguno de ellos se dice de ultraderecha? ¡No! Todos le huyen a que los califiquen con esa tendencia.
¿Alguien puede explicarme qué fregados es esto de la derecha, la izquierda, el centro, la izquierda moderada, la izquierda radical, los liberales, los conservadores, los de extrema derecha, etc.? ¿Y qué tesis defiende cada uno de ellos? ¿Qué defiende el PRI, el PAN, el PRD y todos los partidos? ¿Por qué como ciudadanos nos sentimos desprotegidos ante el futuro y sobre todo ante el futuro que enfrentarán nuestros hijos?
¿No es una contradicción sentirnos de esta manera con tantos partidos que en sus doctrinas dicen defender todos los temas? ¿Cuando el hombre se siente desprotegido y apesadumbrado por un futuro incierto a quién busca? ¿Buscará a un político? Y si busca para sentirse protegido él y su familia a un político. ¿De qué corriente lo buscará, de izquierda, del centro o de derecha?
Carajo, cuando sentimos que no hay futuro, cuando tenemos problemas de salud, financieros, cuando se enferma un hijo y tantas fregaderas que suceden día a día, la mayoría de los mexicanos elevamos los ojos al cielo y le pedimos a Dios que nos ayude. ¡Sí, le pedimos a un dios que no vemos! ¿Por qué no reconocer que esto es lo que hacemos? ¿Da vergüenza creer en Dios, en Jesucristo? ¿Por qué?
Hago todas estas preguntas, porque en días pasados estuvieron en mi hogar de paso para Cancún unos amigos de mis sobrinos Adolfo y Cristina, entre ellos un joven que es el asistente del director de Organización del PRI en Veracruz. Obviamente que la plática de sobremesa derivó en temas políticos.
Di mis ideas sobre distintos temas y de repente este joven impetuoso me dijo: “Oiga usted es de ultraderecha”. Me lo dijo con respeto, pero lo dijo como si ser de ultraderecha fuera un pecado mortal. La verdad es que a mi las distintas denominaciones siempre me han valido gorro. Pero el joven me urgía a que le contestara y lo hice.
Le dije: “Si estar en contra del aborto, de la eutanasia, de las drogas, de la violencia etc. Y estar a favor y en defensa de la vida desde su concepción hasta su muerte natural, estar a favor de la vida sana de los jóvenes, estar a favor de la familia como el principal núcleo que debe tener la sociedad, si creer en Dios, si ser católico-cristiano y defender los principios básicos-humanos que deben de regirnos para sentirnos protegidos y seguros como sociedad hacia un mejor futuro, si esto es ser de ultraderecha entonces, sí, sin ninguna duda que soy de ultraderecha.
Y yo que pensaba que era demócrata-cristiano. Y no es así, al menos para este joven priísta “soy un mocho de ultraderecha”, y luego me lanzó un dardo con mucho veneno: “A los de ultraderecha ni en el PAN los quieren; ¿no leyó lo que dijo Germán Martínez, el nuevo presidente del PAN?, de que a los panistas católicos les dijo ‘meones’ de agua bendita”. Sí lo leí y me parece una frase tan desafortunada y tan despreciativa no sólo para los panistas que defienden las ideas y la doctrina de Gómez Morín, sino para todos los católicos de México.
¿Y dónde quedó la tolerancia y la libertad de culto y el respeto hacia la dignidad del hombre de Germán Martínez? No cabe duda que el poder los ataranta.
Pero sigamos con lo que me dijo este joven veracruzano, “la ultraderecha siempre ha estado ligada con el conservadurismo de la Iglesia Católica, por ello es que el catolicismo va en picada y cada día pierde adeptos que se van a otras religiones”. Sí, pero quienes emigran del catolicismo, la gran mayoría emigra a otras denominaciones pero de doctrina cristiana. Entonces siguen siendo creyentes en Jesús, en Dios. Finalmente católicos, cristianos o evangelistas como se les quiera llamar, todos tenemos una base angular que es Cristo y sus enseñanzas.
¿Acaso para todos los que somos creyentes las enseñanzas de Cristo son arcaicas o son malas? ¡No! Hoy más que nunca deberían de estar vigentes, sin duda que los jóvenes estarían mejor centrados que como están actualmente, no tendrían tanta confusión en cómo llevar su vida. Y no estoy hablando del cristianismo radical, simplemente de las enseñanzas bíblicas, llevadas a la práctica con respeto.
¿Juan Pablo II, guía espiritual de millones de seres humanos, de qué corriente fue? ¡No lo sé! Lo que me queda claro es que era amante de la paz, de la humanidad y que su labor motivó cambios mundiales. El principal fue el derrumbe del comunismo, derrumbe iniciado desde su natal Polonia apoyando al líder de Solidaridad, Lech Walesa.
¿El cristianismo nos daría certidumbre hacia un mejor futuro y no sentirnos desprotegidos por el futuro incierto? ¿Entonces por qué no fundar abiertamente un partido demócrata-cristiano en México? Imagine a políticos que digan abiertamente “yo sigo las enseñanzas de Jesús, y mi compromiso es con la humanidad”... ¿Cómo lo ve usted?
javierpg10@hotmail.com