martes, 18 de marzo de 2008

¿Debe renunciar Mouriño?

Causa ciudadana
Javier A. PEÑA GAMBOA
“La manera más desagradable de replicar en una polémica es la de enojarse y la de callar, pues el agresor interpreta ordinariamente el silencio como un desprecio”.
Federico Nietche.
En esta misma columna cuando nombraron a J.C. Mouriño a Gobernación escribí si con el cambio ganaba o perdía. Independientemente que en aquella ocasión él me confirmó que tenia que situarse donde el país y el Presidente lo necesitaran y no buscando proyectos personales y que él se debía a México y a sus conciudadanos. La prueba de fuego le llego muy temprano; es obvio que se trata de una persona que ha demostrado gran capacidad para lograr acuerdos que en su momento beneficiaron al ahora Presidente de la República. Por otro lado, se trata de una persona que ha establecido y maneja una red de contactos en diversas esferas de la política nacional. Finalmente, está por demás decir que se trata de una persona de todas las confianzas de Felipe Calderón.
Sin duda alguna, la capacidad para aglutinar intereses, solucionar problemas, lograr consensos o apoyo para las políticas del Gobierno es fundamental para cualquier funcionario público, especialmente para quien tiene la cartera de Gobernación. Desde su nombramiento como encargado de la política interna, las críticas no se dejaron esperar, sobre todo de la gente más radical del PRD, estas no hacían referencia a su capacidad para cumplir la función para la que fue nombrado, estas no están en duda, sino que se basaron primero en su nacionalidad, basados en mentiras y que eran fácilmente rebatibles con argumentos jurídicos que demostraron la verdad sin mayores problemas desde una perspectiva legal. Pero surgieron los contratos y esto fue como gasolina en madera vieja, ardió de inmediato. Para mi gusto los encargados de asesorarlo y los encargados de prensa del Gobierno se vieron muy lentos con la respuesta y por ende la ciudadanía recibió a raudales la información que hábilmente uso AMLO para sembrar dudas en la sociedad, y estas, si nos basamos en las recientes encuestas hicieron un daño terrible, ya que en la mente de la sociedad se tiene una percepción de J.C. Mouriño que no corresponde a su persona.
Los contratos que involucran a Mouriño con Pemex, de ninguna manera implican una responsabilidad judicial para el titular de la política interior del país; sin embargo dicen los politólogos que, si lograron mermar de manera importante su capacidad de maniobra para generar consensos, toda vez que se ha sembrado una duda en la opinión pública sobre la honorabilidad de Juan Camilo Mouriño. ¿Qué hará J.C. Mouriño para revertir esta situación? Aún le quedan varios activos importantes, primero; las redes políticas, empresariales, clericales y sociales que creó como coordinador de la campaña presidencial y como jefe de la Presidencia y segundo: Que el Presidente Felipe Calderón Hinojosa sigue confiando en su colaborador y es notorio que lo sigue apoyando.
Su capital político ha sido minado, esto es un hecho, por ello los mismos politólogos dicen que difícilmente logrará el acercamiento con otros actores políticos, los cuales tendrán una excelente excusa para no comprometerse con un personaje que a los ojos de un segmento de la población utilizó su influencia en el pasado para obtener un beneficio. Esto es una flagrante mentira, ya que su familia ha tenido Ivancar desde que llegaron a Campeche y ya tenían esta concesión desde hace más de 20 años.
Pero es necesario que la sociedad vea con transparencia y con la verdad de J.C. Mouriño que su honorabilidad no está en duda y esto pudiera lograrlo más amplia y rápidamente si AMLO demandara por la vía jurídica legal, pero no lo hará ya que por sus actos ha quedado fehacientemente demostrado su total desprecio a las instituciones que nos rigen en el país, al contrario seguirá denostando mediaticamente, porque con ello continuará sembrando dudas en la ciudadanía y ganando espacios que tanta falta le hacen para su proyecto personal.
Por otro lado la renuncia de Mouriño se trataría de una de las principales victorias de los adversarios del Presidente, quienes podrían utilizarlo para cuestionar como lo han hecho desde el principio toda la administración del Presidente Calderón.
El Presidente Calderón deberá de tomar una decisión que será trascendente para el éxito de su gestión: o esperar a que se disipe el escándalo de los contratos de Mouriño con Pemex (situación que no se ve muy probable), o aceptar el costo político que implicaría el segundo cambio en Gobernación en menos de año y medio. La decisión de Calderón se hará de acuerdo a lo que realmente requiere el país. Dejando de lado cuestiones de orgullo político, o de lealtades, el Presidente tiene que cumplir con el compromiso que tiene con la sociedad, el cual requiere de un secretario de Gobernación con plena capacidad de acción, que sea parte de las soluciones, no de los problemas del país. Y es seguro que J.C. Mouriño es parte de las soluciones, aun lo sigan golpeando para denostarlo. Ojalá, pronto podamos escribir ¡PRUEBA SUPERADA!
Javierpg10@hotmail.com